Me quedo con dos frases que dijeron un tal Ludwing Van Beethoveen «Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo» y Helenio Herrera » Quien no lo ha dado todo no ha dado nada».
Después de unas merecidas vacaciones hace un par semanas donde pudimos hacer balance de estos dos años recordando nuestro primer objetivo: conseguir nadar cada 100 en 1:40, para nosotros era una serie láctica y ya poder conseguir hacer series en esa ritmo ni te cuento.
Hoy con orgullo podemos nadar a un ritmo decente y hacer sesiones de 5000 mts. cuando antes sólo podíamos hacer en el mismo tiempo 3000 mts. Hemos pasado de «esos son unos mataos» al «esos están locos». Acudimos a nuestras sesiones siempre con un objetivo concreto, la preparación de las sesiones conociéndonos como nos conocemos, nunca están mal planificadas, como dice Pablo C. «si una sesión no se puede acabar es que está mal planificada».
Volvemos a la puesta a punto definitiva con un objetivo nada sencillo. Dos de las travesías más largas 10 km y 13 km la realizaremos con 6 días de diferencia y no cabe posibilidad de error. De ahí que nuestra preparación sea arriesgada y aunque muchos estudios hablan de entrenar por debajo del umbral anaeróbico, nosotros apostamos por hacerlo también dentro de ese umbral, amén de mejorar nuestro aparato locomotor, importantísimo en la larga distancia donde el número de brazadas aumenta exponencialmente. No dejamos tampoco otras tareas al azar:
- Mejorar la capacidad aerobica maxima
- Mejorar la potencia aerobica
- Mejorar la técnica del estilo principal
- Mejorar la eficacia del nado en largas distancias
- Control de número de brazadas de nado
Desde hace dos años tenemos presente un cuento que habla de un leñador y la tenacidad, es el siguiente:
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